Los aceites e hidrocarburos minerales y sintéticos son contaminantes difíciles de degradar naturalmente, persistiendo en el agua durante años y causando graves daños ambientales. Incluso las plantas de tratamiento de aguas residuales no pueden eliminarlos, afectando su funcionamiento. Por tanto, las aguas con estos contaminantes requieren tratamiento, utilizando separadores de hidrocarburos para eliminar estas sustancias y proteger el medio ambiente.